junio 6, 2025
El amor verdadero es un amor abnegado. No busca su beneficio ni dice: «Primero yo» o «Tengo mis derechos». Cuando usted se convirtió, perdió todos sus derechos. ¿Qué derecho tiene un hombre muerto? Usted ha sido crucificado con Cristo, por ende, no tiene derechos. Fue comprado por un precio y le pertenece al Señor Jesucristo. Sus derechos ahora son de Él. Y es Él quien le ha mandado a amar. Usted ya no puede buscar su propio beneficio. Si de verdad desea amar, debe buscar la gloria de Jesús y el bienestar de los demás.
El amor verdadero también es un amor que se sacrifica. No puede haber perdón sin que alguien pague un precio. Si usted me debe diez dólares y yo le perdono la deuda, a mí me cuesta diez dólares perdonarlo. Muchos de nosotros llevamos un registro de lo que otros nos han hecho. Necesitamos aprender a olvidar todo ese mal y sepultarlo en la tumba del olvido de Dios. Esto requiere que estemos dispuestos a pagar el precio y aceptar el dolor. El amor verdadero es sacrificial; perdonar cuesta.
Cuando dejamos de buscar nuestro beneficio y empezamos a amar y a bendecir a otros, aun cuando eso nos cuesta, entonces nuestro mundo cambia.
Piense en una situación reciente que le haya frustrado. Considere de qué maneras podría servir a la persona que lo ofendió y haga algo al respecto.
© Profundice al escuchar: CÓMO AMAR Y SER AMADO - Gá. 5:19-23 (Q1431) https://youtu.be/UnGxgItI1aY
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