ES_1726 Cómo ser salvo y saberlo - 1 Juan 5:11

ES_1726 Cómo ser salvo y saberlo - 1 Juan 5:11 (LBLA)

Todos los cristianos debemos tener el privilegio de saber, con la más absoluta certeza, que somos salvos. Pero tener dudas no significa necesariamente que no seamos salvos.

Adrián Rogers dice:
«La duda le hace al espíritu lo que el dolor le hace al cuerpo; no significa que esté muerto, significa que algo anda mal».

1 Juan 5 nos muestra cómo ser salvos y cómo saber que lo somos con toda certeza:

«Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios» (1 Juan 5:11-13).

Si surgen dudas, debemos recordar, en primer lugar, cómo somos salvos: por gracia, mediante la fe (ver Efesios 2:8).

Adrián Rogers afirma:
«La gracia es el favor y el amor inmerecidos que Dios nos muestra. Es lo que hizo que Dios nos amara incluso cuando no éramos dignos de amor. Dios no nos ama porque seamos valiosos, sino que somos valiosos porque él nos ama».

La fe no es una creencia intelectual, es la confianza y el compromiso con Dios. Imagine la gracia como la mano de Dios que se extiende hacia nosotros y la fe como nuestra mano que se extiende hacia Él.

Sabiendo esto, podemos tener la certeza a través de tres pruebas básicas:

Prueba de señorío:
¿Jesucristo es el Señor de mi vida?
Si afirmamos amar a Dios, guardaremos sus mandamientos.

Prueba de comunión:
¿Amo a mis hermanos y hermanas en Cristo? ¿Me relaciono con otros creyentes?
La comunión es la naturaleza tanto del cristiano como de la Iglesia.

Prueba de relación:
¿Tengo una relación profunda con Jesucristo?
La certeza de nuestra salvación es continua, no es un suceso pasado, con fecha, hora y lugar. Es una decisión presente confiar en Jesús, ahora mismo. Podemos confiar en Él, porque solamente Él es la garantía de nuestra salvación.

Aplíquelo a su vida.

¿Tiene dudas en cuanto a su fe? Tome en cuenta las pruebas de señorío, comunión y relación. Si no sabe si su duda es la convicción del Espíritu Santo o una artimaña del diablo, crea en Jesús.