Es importante que comprendamos en qué situación nos encontramos actualmente en cuanto a nuestra madurez espiritual para poder crecer y convertirnos en lo que podríamos ser. La Biblia clasifica a los hombres y las mujeres en tres categorías: natural, espiritual o carnal. Como cristianos, queremos ser hombres y mujeres espirituales; no obstante, para lograrlo, debemos empezar a ver la Biblia como guía para alcanzar la madurez.
1 Corintios 2:14 dice: «Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente».
El hombre natural nace en el mundo natural. Pero como no ha nacido de nuevo a través de la fe, no puede apreciar ni entender las cosas espirituales; está atado al mundo material.
Adrián Rogers dice: «El hombre natural hace lo que procede de forma natural; el hombre espiritual hace lo que procede de forma sobrenatural».
El hombre espiritual ha nacido de nuevo, a través de la salvación en Jesucristo. Ahora vive por el Espíritu, que habita en su humanidad.
Un cristiano no es una persona natural que decide ser mejor, es alguien que ha sido transformado radical, dramática y sobrenaturalmente. Las cosas espirituales que antes no podía entender se le hacen evidentes. Liberado ahora por el Espíritu, ve con la mente de Cristo y discierne todo con sabiduría.
Por último, la Biblia nos advierte sobre el peligro de volvernos carnales. Es decir, alguien que es salvo, pero está derrotado y depende de otros para entender las Escrituras. Es inmaduro espiritualmente porque no ha experimentado ningún crecimiento. No puede caminar, luchar ni obrar espiritualmente.
El hombre carnal también es muy conflictivo. Le gusta generar discusiones y provocar peleas, no se lleva bien con nadie. Él es salvo, pero nadie podría darse cuenta.
Por desgracia, hay más cristianos carnales de lo que nos gustaría admitir. Para que podamos crecer en la verdad y madurar, debemos hacer un inventario honesto de nuestra situación actual, de modo que podamos crecer en Cristo y seguir la guía para la madurez.
Aplíquelo a su vida
Tómese tiempo hoy para reflexionar en oración sobre la situación en la que se encuentra en cuanto a su relación con Cristo. ¿Posee usted las características de un hombre natural, espiritual o carnal? Viva según el Espíritu, aprenda y déjese liberar por Él.