Hechos 9 cuenta la historia de cómo Saulo se convirtió en Pablo. Mientras iba camino a perseguir cristianos, Saulo se encontró cara a cara con Jesús. La primera pregunta de Saulo a Jesús fue:
«Señor, ¿qué quieres que yo haga?» (Hechos 9:6).
Somos criaturas racionales que han perdido el rumbo y que deben volver a aprender cómo podemos conocer la voluntad de Dios.
En primer lugar, recuerda que Dios ha prometido guiarnos.
Salmos 32:8 dice: «Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos».
Dios tiene un plan moral para cada una de nuestras vidas. La voluntad de Dios es soberana, siempre se cumple. No hay manera de cambiar el estándar inmutable de lo que Él ha establecido como correcto e incorrecto.
Aunque la voluntad de Dios es específica para cada uno de nosotros, hay seis verdades universales con respecto a su plan:
La guía de Dios requiere nuestra disposición, humildad y apertura.
Él está dispuesto a guiarnos si nos rendimos a su control. A veces Dios concederá visiones, milagros o sueños para revelar sus planes, pero muchas veces hablará de forma práctica. Él nos guía a través de las Escrituras, de su pueblo y del Espíritu Santo que está en nosotros. Debemos ser lo suficientemente sensibles para escuchar y reconocer su voz.
También nos guía con sabiduría pura, a través de la renovación de nuestras mentes.
Dios abre y cierra puertas, y guía a los humildes a través de todo. Muchas veces ni siquiera nos damos cuenta de que ha sido la providencia de Dios hasta después.
No debemos temer la voluntad de Dios. Adrián Rogers dice: «La voluntad de Dios no te llevará a donde el poder de Dios no pueda preservarte».
Aplíquelo a su vida
¿Busca la voluntad de Dios para su vida? ¿Cuánto tiempo pasa a solas con Dios? Si queremos entender la voluntad específica de Dios para nuestras vidas, debemos empezar a obedecer las Escrituras que ya entendemos.