Existen dos conceptos erróneos comunes que la gente tiene sobre el bautismo: o es necesario para nuestra salvación, o no es importante en absoluto.
Adrián Rogers dice: «es una iglesia, no un club social; no inventamos las reglas sobre la marcha. Jesús tiene toda la autoridad, y es Él quien nos habla sobre el bautismo».
Para crecer como cristianos, no debemos minimizar lo que la Biblia ha enfatizado sobre comenzar de la forma correcta con el bautismo bíblico.
Mateo 28:18-20 dice: «Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén».
Primero, debemos reconocer el método bíblico de bautismo.
En Marcos 1:9-10, Jesús fue bautizado por Juan el Bautista en el río Jordán. La palabra que se usa: «baptizo», significa «sumergir». Por lo tanto, el método bíblico de bautismo es por inmersión: sumergir a una persona bajo el agua y sacarla.
En segundo lugar, debemos estar seguros del significado del bautismo.
El bautismo simboliza la muerte, sepultura y resurrección de Jesús, así como nuestra muerte, sepultura y resurrección con Él. Es una imagen viva de la obra salvadora de Jesucristo.
Romanos 6:4 dice: «Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva».
Además, hay tres motivos para bautizarse:
Aunque el bautismo no es necesario para nuestra salvación, sí es necesario como parte de nuestra obediencia. Muestra que pertenecemos a Jesucristo.
Aplíquelo a su vida
El bautismo no es una sugerencia; es un mandato de Dios en las Escrituras. ¿Ha llegado a un conocimiento de Jesucristo que lo ha llevado a la salvación? ¿Ha sido bautizado?