Cuando fuimos salvados, Dios puso algunas marcas indelebles sobre nosotros. 1 Juan 2:3-10 revela tres características de aquellos que han nacido de nuevo: las marcas de nacimiento del creyente.
Primero, un verdadero creyente se somete al señorío de Jesucristo.
«Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él» (1 Juan 2:3-4).
Nadie puede ser salvo sin recibir a Jesucristo como Señor. Si decimos que Él es Señor, debemos guardar sus mandamientos. Los mandamientos del Señor son algo que se debe guardar, atesorar. No hacemos esto para ser salvos; lo hacemos porque somos salvos y amamos al Señor.
En segundo lugar, un verdadero creyente busca el estilo de vida de Jesús.
«...pero el que guarda su palabra, en este verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en Él. El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo» (1 Juan 2:5-6).
El propósito de ser salvados es ser hechos como Jesús; al seguir su ejemplo, nos volvemos como Él. Él vivió una vida de honestidad, pureza y rectitud. No solo se abstuvo de hacer lo que está mal, sino que se dedicó a hacer el bien.
Si queremos vivir como Jesús, también debemos depender completamente de Él, vivir con entrega, así como una rama permanece en la vid. Adrián Rogers dice: «solo hay una persona que ha vivido la vida cristiana, y su nombre es Jesús. Caminamos como Él caminó porque permanecemos en Él».
Finalmente, un verdadero creyente muestra el amor de Jesús.
«El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo» (1 Juan 2:10).
El amor es el primer y más grande mandamiento; Jesús no nos ama porque seamos encantadores... Él simplemente nos ama. Una de las marcas de nacimiento de los creyentes es que aman a los demás como Jesús los ha amado a ellos.
Aplíquelo a su vida.
¿Tiene las marcas de nacimiento de un creyente?
Adrián Rogers dice: «si una persona es salva, se verá reflejado en su vida. Usted no es salvo por guardar los mandamientos, por caminar como Jesús caminó, o por amar a su hermano. Pero si usted es salvo, hará estas cosas».