ES_2484 Cómo ser un cristiano que crece - 1 Juan 2:12-14

How to Be a Growing Christian

ES_2484 Cómo ser un cristiano que crece - 1 Juan 2:12-14 (LBLA)

Un cristiano en crecimiento es un cristiano que madura porque la madurez espiritual es volverse más como Jesús. Algunos cristianos son salvos, pero no están creciendo. Nunca conoceremos la verdadera victoria y gozo, a menos que aprendamos a ser cristianos en crecimiento.

En 1 Juan 2, el apóstol Juan compara la madurez espiritual con tres etapas de nuestras vidas físicas.

«Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre. Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno» (1 Juan 2:14).

Cuando somos nuevos cristianos, experimentamos las emocionantes maravillas de la infancia espiritual. Solo pensamos en lo que viene y no en lo que fue. Sin embargo, los niños viven en el reino de sus sentimientos. Pueden ser egoístas y egocéntricos; poco cooperativos.

Solo somos jóvenes una vez; pero si no tenemos cuidado, podemos ser espiritualmente inmaduros por mucho tiempo.

Si crecemos, experimentaremos la guerra triunfante de la hombría.

Permanecer en la Palabra de Dios nos fortalece para la guerra espiritual. Obedecer a Dios y servir a los demás nos transforma en obreros y guerreros, equipados para combatir al enemigo.

Luego, viene la sabiduría puesta a prueba, de la paternidad.

Adrián Rogers dice: «cuando pasamos tiempo con alguien, nos volvemos como esa persona».

Debido a que vemos a Dios como nuestro Padre, la meta de la madurez espiritual es convertirnos en padres (y madres) espirituales. Los cristianos maduros se reproducen a través de ganar almas y el discipulado.

¿Cuáles son los medios de madurez?

Debe haber el milagro de la vida; debemos ser salvados.
Toma tiempo. No hay madurez instantánea; experimentamos crecimiento a través del tiempo que pasamos con Jesucristo.
El crecimiento requiere nutrirse; debemos alimentarnos de la Palabra de Dios.
El crecimiento exige disciplina y ejercicio; servimos a Dios y a los demás.

Recuerde: no sustituimos la paternidad por la juventud, ni la juventud por la infancia.

En un padre, debería haber la visión y el entusiasmo de un joven. En un joven, debería haber el asombro de la infancia. Las tres etapas son legítimas; un cristiano maduro es una combinación de todas ellas.

Aplíquelo a su vida.

Se necesita vida, tiempo, nutrición y ejercicio para crecer.
Adrián Rogers ofrece este consejo:
«No se preocupe por lo que no puede hacer. Descubra lo que puede hacer, comience a hacerlo, y crecerá».