mayo 11, 2025
No caigamos en la mentira de que debemos ser padres perfectos. No somos padres perfectos, y nuestros hijos no son hijos perfectos.
Dios les dio a nuestros hijos una voluntad propia. Yo no tengo metas para mis hijos; tengo deseos para mis hijos. ¿Sabe para quién tengo metas? Para mí. ¿Por qué? Porque no puedo controlar a mis hijos, pero puedo controlarme a mí mismo, por la gracia de Dios. Entonces, mi deseo es tener hijos fieles a Dios y mi objetivo es ser un padre fiel a Dios. ¿Identifica la diferencia? Con la ayuda de Dios, seré un padre fiel a Él.
Quiero liberarle de la carga del perfeccionismo, de pensar que, si su hijo fracasa, es porque usted no fue perfecto. Si el éxito de nuestros hijos dependiera de nuestra perfección, nunca tendrían éxito; fracasarían porque nadie es perfecto.
Dé ánimo a algunos padres que conozca de una manera tangible, ya sea con una palabra de aliento o un regalo significativo.
© Profundice al escuchar: ¿HA EXPLOTADO LA FAMILIA NUCLEAR? - Ex. 20:12 (Q1854)
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