mayo 14, 2025
Parte de elegir la vida es presentar la vida espiritual. Tengo cuatro hijos en la tierra y un pequeño en el cielo. Mis hijos no son perfectos, pero todos aman a Dios. Cuando mi hijo Steve era adolescente, noté que no veía la belleza de Jesús en su vida, pese a que había pasado al frente y hecho una declaración de fe. Le dije: «Steve, ven, acompáñame. Vamos a conducir un rato. Vayamos a caminar al bosque». Ese día, mientras pasábamos tiempo juntos, le dije: «Hijo, papá tiene que saber que conoces a Jesús».
Conversamos un rato y, ahí en medio del bosque, nos arrodillamos y oramos. Durante nuestra conversación, él me aseguró que amaba a Jesús. A partir de entonces, comencé a notar que él lo demostraba a través de su vida. Un día oré: «Señor, si alguno de mis hijos no es salvo, no quiero ir al cielo sin uno de ellos». No mencioné nada a mi esposa, Joyce, ni a los chicos sobre eso. Pero el siguiente domingo, cuando hice la invitación, mi hija mayor, Gayle, pasó adelante y me dijo: «Papá, creo que no he sido salva de verdad. Quiero ser salva». Creo que eso estuvo directamente relacionado con la oración que hice. Nuestras familias necesitan elegir la vida espiritual.
Ore por los miembros de su familia que no parecen mostrar el fruto del Espíritu en sus vidas o que se han alejado de su fe.
© Profundice al escuchar: FAMILIAS QUE ESCOGEN LA VIDA - Ex. 20:13 (Q1858)
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