mayo 17, 2025
Si hiciéramos un puño con la mano y apretáramos fuerte, acabaríamos sintiendo dolor, y sentiríamos alivio al soltar. Mucha gente va por la vida con los puños cerrados, diciendo: «Eso es mío». En la vida hay quienes toman y quienes dan. Enseñemos a los niños y nos daremos cuenta de que tienen mucho que dar. Si les mostramos comprensión, ellos serán comprensivos con nosotros. Hoy en día, mucha gente busca a alguien que la entienda y la cuide; es algo increíble. Mostremos aceptación, perdonemos a nuestros hijos. No permitamos que la amargura nos envenene; demos amor. El amor significa: «Te haré bien sin importar lo que me hagas». Enseñemos a nuestros hijos a dar de esta manera.
John Wesley, el fundador del metodismo y un gran hombre de Dios dijo: «Gana todo lo que puedas, ahorra todo lo que puedas y da todo lo que puedas». Enseñemos a nuestros hijos sobre la integridad, sobre la diligencia, sobre la caridad y la generosidad. Limpiemos el patio de nuestro vecino. Ayudemos a una viuda a llevar sus compras a su casa. Enseñemos a los niños a llevar su propio dinero a la iglesia; démosles una mesada y enseñémosles a dar una porción. Tal vez no sea mucho, pero eso permite que los niños sientan el gozo de llevar su ofrenda al Señor. Seamos un ejemplo de una vida generosa.
Haga una lista de niños y jóvenes que conoce y ore por cada uno de ellos.
© Profundice al escuchar: LA INTEGRIDAD: UN LEGADO FAMILIAR - Ex. 20:15 (Q1862)
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