El primero es el ángulo cultural. En esa época, los romanos establecían las leyes sobre el territorio y la forma de aplicarlas. La cultura judía decía que un hombre que cometiera ciertos pecados debía ser apedreado hasta la muerte. Los romanos castigaban principalmente mediante la flagelación o la crucifixión. No era lícito para los judíos ejecutar a los criminales, por lo que necesitaban la asistencia romana. (Ver Juan 18:31-32).
Luego estaba el ángulo religioso. Los líderes religiosos de esa época eran los fariseos, los saduceos y el Sanedrín. Estos líderes se sentían amenazados por Jesús porque las multitudes lo seguían. Sus afirmaciones de ser Dios fueron consideradas por estos líderes religiosos como blasfemia. En su orgullo, idearon un plan para que los romanos mataran a Jesús y así poder mantener sus posiciones e influencia sobre el pueblo. (Ver Mateo 26:62-68; Lucas 23:1-2; Juan 11:47-53).
El ángulo político entra en juego porque a Roma no le gustaba escuchar sobre grandes multitudes, insurrecciones u otros levantamientos. El líder romano de Judea ya había sido advertido de no permitir que se enviaran más informes negativos a Roma. Entonces, cuando los líderes religiosos afirmaron que Jesús amenazaba con acabar con el dominio romano y que ocurriría una anarquía si no se tomaban medidas contra Jesús, el magistrado romano se sintió obligado a crucificar a Jesús. (Ver Mateo 27:15-24; Lucas 23:13-23).
Mirando el ángulo profético, una de las mayores profecías de Cristo se encuentra en Salmos 22. Este salmo fue escrito varios cientos de años antes de que se inventara la crucifixión y alrededor de 1000 años antes de que Jesús fuera crucificado. En este salmo, vemos múltiples hechos que ocurrieron durante la crucifixión de Jesús. Por ejemplo: «Horadaron mis manos y mis pies» (Salmos 22:16b).
Sin embargo, el ángulo definitivo para entender por qué Jesús fue crucificado es el ángulo del pecado. En pocas palabras, somos pecadores que necesitan un Salvador. Romanos 3:23 dice: «Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios». Y Romanos 6:23 dice: «Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro». Jesús fue crucificado para pagar la pena por nuestro pecado.