El primer pasaje es Mateo 12:31-32: «Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero». El otro pasaje que se refiere a esto se encuentra en Marcos 3:28-29: «De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean; pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno».
Estos dos pasajes revelan varias cuestiones sobre la blasfemia contra el Espíritu Santo. La primera es que TODOS los pecados son perdonables excepto uno. La segunda es que el único pecado imperdonable es la blasfemia contra el Espíritu Santo. La tercera cuestión revelada es qué es la blasfemia contra el Espíritu Santo. Es el rechazo total de las invitaciones del Espíritu Santo para recibir a Jesús como Salvador a lo largo de una vida. En otras palabras, es morir sin aceptar a Jesús como Salvador a pesar de que el Espíritu Santo te dio oportunidades para hacerlo. Esto se evidencia en las siguientes declaraciones: «ni en este siglo ni en el venidero» y «no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno». Estas frases señalan no solo que Jesús es el único camino al cielo, sino también el hecho de que no se puede vivir una vida de completo rechazo a las invitaciones del Espíritu Santo y luego esperar el perdón en el juicio. Cada uno de nosotros tiene una vida para aceptar a Jesús como Salvador, y eso es más de lo que merecemos. Sin embargo, por duro que esto pueda sonar para algunos, estos pasajes también nos recuerdan que mientras tengamos aliento, podemos aceptar a Jesús como Salvador, que TODOS nuestros pecados sean perdonados y recibir, no condenación eterna, sino vida eterna con nuestro Señor.