junio 30, 2025
Tenemos algo que Adán nunca tuvo. Adán era inocente; nosotros somos justos. Adán estaba en el huerto del Edén y pecó. Pero nosotros tenemos al Señor Jesucristo como parte de nosotros. No piense en la Iglesia como si fuera una organización que tiene a Cristo como presidente. La Iglesia es un organismo. Es un cuerpo con Cristo como cabeza, y lo que es verdad acerca del Señor Jesucristo es verdad acerca de nosotros. Jesús no derrotó a Satanás por Su propio bien, sino por el nuestro. Hemos sido coejecutados, coresucitados y coexaltados con el Señor Jesucristo. Él se hizo Hijo del Hombre para que nosotros pudiéramos llegar a ser hijos e hijas de Dios. Tomó nuestros pecados para que fuéramos inocentes. Él fue hecho culpable para que nosotros fuéramos absueltos. Se llenó de desesperación para que nosotros nos llenáramos de gozo. Tomó nuestra vergüenza para que nosotros tomáramos Su gloria. Soportó los dolores del infierno para que tuviéramos las bendiciones del cielo. El Cordero ha triunfado. Él ha vencido, y por eso nos comisionó en Mateo 28:18-20: «Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo».
Haga una lista de las maneras en que vive en derrota diariamente. Haga una lista que corresponda a cómo ha vencido Jesús en esas áreas.
© Profundice al escuchar: LA CONQUISTA - Hch. 4:1-20 (Q1780) https://youtu.be/t7jdyzCFkLQ
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