A lo largo de la historia, muchas personas se han preguntado si Dios podría perdonar todos sus pecados, incluso los realmente malos. Si se encuentra en esa situación, hay buenas noticias. La Biblia está llena de ejemplos en los que Dios perdona todos los pecados de alguien, incluso los peores.
Quizás el mejor ejemplo es el apóstol Pablo. Antes de que Jesús lo salvara, Pablo pasó muchos años persiguiendo e incluso matando a cristianos. Se oponía a Jesús y quería exterminar a todos los cristianos. Entonces Jesús salvó a Pablo y transformó totalmente su vida.
En 1 Timoteo 1:15-16, Pablo dice: «Esta palabra es fiel y digna de ser recibida por todos: Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero por esto fui tratado con misericordia, para que en mí, el primer pecador, Jesucristo mostrara toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna».
El punto de Pablo es que si Dios pudo perdonar todos sus pecados, que eran tan atroces, entonces Dios puede perdonar a cualquiera que venga a Él en arrepentimiento. Cuando Dios borra sus pecados, Él sencillamente borra el registro. Desaparecen. Enterrados en la tumba del olvido de Dios (ver Miqueas 7:19). Nunca saldrán a la superficie. Si alguna vez vuelven a surgir, es Satanás o su conciencia, pero no es Dios. Él los borró. De la contaminación del pecado: Él le limpia. No está simplemente «remendado». Usted está limpio, más blanco que la nieve.