Dios desea que todas las personas sean salvas y ofrece la salvación libremente a todos. Nadie en el mundo es excluido de la oferta de salvación. A Él no le gusta enviar a ninguna persona al infierno.
Aquellos a quienes Él envía al infierno son quienes han rechazado Su oferta gratuita de salvación. Porque han rechazado a Jesús, todavía deben recibir el castigo por sus pecados. En lugar de permitir que Jesús pague por sus pecados, han elegido pagarlos ellos mismos.
Nunca es demasiado tarde para que una persona se aleje de sus pecados y se vuelva a Jesús en busca de la salvación. En las horas antes de morir, el ladrón crucificado junto a Jesús se arrepintió de sus pecados y recibió la salvación de Jesús. ¡Si usted aún no ha acudido a Dios para recibir el regalo gratuito de la salvación, todavía está a tiempo! No espere más.