Se puede creer en muchas cosas. Puede creer que un determinado equipo deportivo es el mejor o que algo que escuchó es cierto. De la misma manera, puede creer que Dios es real. Puede creer que Jesús vivió sobre la Tierra y que las historias de la Biblia son verídicas, pero eso no es lo mismo que confiar en Jesús.
Muchos creen que Dios existe, pero no tienen una relación personal con Él. Santiago 2:19 dice: «Tú crees que Dios es uno, y haces bien. ¡Pues también los demonios lo creen, y tiemblan!». Satanás sabe que Dios es real. Los demonios creen en Jesús y su Señorío, pero no tienen una relación viva y personal con Él.
La diferencia entre creer y confiar está en la acción que implica confiar. Puede creer algo un día y cambiar de opinión al día siguiente.
Pero depositar su confianza en algo (tener fe en algo) es comprometerse a alinear sus acciones con su creencia. Como diría el pastor Adrián Rogers: «La fe es creencia con piernas». Dios nos dio a su Hijo, su Palabra y su Espíritu Santo no sólo para que pudiéramos saber acerca de Él, sino para que pudiéramos conocerlo personalmente. ¿Has puesto su confianza en Jesús, o se ha conformado con la simple creencia?